Saturday, March 30, 2013

The Mistery of Time, por Avantasia

 
El día de ayer -29MAR13-, el proyecto de Tobias Sammet llamado Avantasia propone su sexta obra: The Mistery of Time. 

Un detalle interesante de esta obra nueva es el apoyo de la Orquesta de Películas Alemanas Babelsberg, una orquesta nacida hace 20 años -1993- para musicalizar en vivo películas clásicas del cine mudo alemán, en particular de la empresa Babelsberg (como la famosísima Metropolis, entre otras). No es la primera vez que Sammet se apoya en esta orquesta, ya que con Edguy participaron en su obra del 2004, Hellfire Club. 

Nuevamente lo acompañan en la obra como músicos de base Sascha Paeth y Michael Rodenberg (Miro) en la guitarra y teclados respectivamente, siendo Paeth el productor de la obra (como en Epica, Rhapsody –donde también participa como guitarrista–, así como de muchos otros grupos). 

Por primera ocasión, los acompaña en la batería el británico Russel Gilbrook de Uriah Heep. 

Se trata de la tercera obra temática, donde el tema es sobre un joven hechicero que vive en un pueblo encantado de Inglaterra quien emprende un viaje espiritual para explorar el gran misterio del tiempo. Por cierto, toda la música es composición exclusivamente de Sammet, quien canta y toca el bajo en todas las piezas. 

La obra inicia con Spectres, donde sus primeros compases muestran una introducción de corte épico, tras el cual prosigue un tema con un ritmo sencillo, pero plagado de fuerza con una voz excepcional: Joe Lynn Turner, adaptando el tono al momento del tema, resultando con un tema magnífico. 

Para la segunda pieza, The Watchmakers Dream, repite el dueto con Turner. Se trata de una verdadera obra maestra, con coros interesantes y un solo de guitarra sensacional a mitad de la pieza del holandés Arjen Anthony Lucassen del similar proyecto Ayreon quien muestra un acoplamiento estupendo con Paeth. 

A continuación, se muestra la tal mejor pieza de la obra, Black Orchid, es de esos temas que emergen una vez cada mucho tiempo, un tema sumamente completo, con mucha potencia (desde el inicio), contando con la guitarra de Bruce Kulick, del legendario grupo Grand Funk Railroad y miembro importante de Kiss durante su etapa “desenmascarada” (1984-1997). 

Definitivamente que se trata de una pieza que va al arcón de las obras clásicas, donde el acompañamiento de la Orquesta Babelsberg es muy importante y sobre todo, la potente aportación en la voz del británico Biff Byford, legendario vocalista de Saxon. 

La cuarta pieza, Where Clock Hands Freeze, da inicio con un segmento orquestal magnífico, como bello preludio para el inicio de la pieza, recordando los primeros trabajos de Avantasia. Ahora toca el turno al siempre presente guitarrista alemán Oliver Hartmann (guitarra principal en Edguy y Rhapsody). Es una pieza altamente representativa de la obra de Sammet, donde ahora se disfrutan los agudos y la nítida voz del impresionante cantante teutón Michael Kiske de Helloween (que contrasta en mucho con la voz de Sammet). 

La quinta pieza, Sleepwalking, es una especie de balada rítmica donde Sammet se vuelve a apoyar en la dulce voz de la alemana Cloudy Yang, aunque se le dio una mejor oportunidad para su voz en Symphony of Life de su obra Angel of Fire -2010-. A pesar de ser una excelente composición, no encaja con el nivel de composición del resto de la obra. 

Comenzando la segunda mitad de la obra, Sammet recupera el nivel con Savior in the Clockwork. La pieza es la más larga de la obra, con poco más de 10 minutos de duración, donde Sammet puso todo su arsenal de composición para compensar su resbalón anterior. Kulick vuelve a lucir su guitarra, pero lo más impresionante ocurre en la parte vocal, donde Sammet se apoya en tres cantantes: Turner, Kiske & Byford, donde cada quien tiene oportunidad para explayar sus mejores talentos... es increíble escuchar a las tres legendarias estrellas cantando con la orquesta: uno de los mejores momentos de la toda la obra. 

La séptima pieza, Invoke the Machine, recuerda en mucho a la composición en Edguy, en parte por la guitarra de Hartmann, que se hace presente en esta pieza. Ahora la parte vocal nos sorprende con Ronnie Atkins, principal vocalista del legendario grupo danés Pretty Maids, quien se dio tiempo para cantar en esta pieza, ya que estaba en la realización de su décimotercera obra Motherland. 

El corte es muy drástico de Invoke the Machine, para dar inicio a otra balada rítmica llamada What’s Left of Me. A diferencia de Sleepwalking, esta pieza sí está a la altura de composición de la obra, es sumamente bella, con unos temas que envuelven al oyente, atrapándolo de principio a fin. La pieza da inicio con un dúo de cello y piano para enmarcar la magnífica voz de Eric Martin, vocalista de Mr. Big, siendo de lo más acertado para este tema. Lo más maravilloso de la pieza es que Sammet se hace a un lado para que la voz de Martin se luzca, participando muy poco y con coros de apoyo. La pieza cierra tal como inició: con cello y piano. 

Después de tomar un poco de aire, se recupera la fuerza en la novena pieza Dweller in a Dream. Nuevamente se luce la mancuerna de Kiske con Hartmann. 

El cierre de la obra es simplemente espectacular, donde la décima pieza es precisamente la que lleva el título de la obra: The Great Mystery.
 
La pieza contiene todos los recursos de Sammet, como típicamente se dice: tiró la casa por la ventana. Un tema con magníficas orquestaciones, grandes despliegues vocales (Turner, Byford y ahora el también británico Bob Catley de Magnum). Justo a mitad de la pieza, un silencio y el cambio de velocidad dan la impresión de ser el cambio para otra pieza, pero realmente es el broche de oro para toda la obra. 

Valió la pena esta espera de casi tres años por una obra de este nivel. 

Saludos.

 

Tuesday, March 12, 2013

Heaven in this Hell, por Orianthi




El día de hoy -12MAR13-, la ráfaga australiana Orianthi presenta su tercera obra, Heaven in this Hell.

En general, la obra muestra una madurez muy avanzada en comparación con sus dos primeras propuestas, donde Violet Journey -2007- es un folk muy australiano, mientras que Believe -2009- es un pop increíblemente bien hecho.

Definitivamente que la influencia de estos dos años con Alice Cooper marcaron su composición, pero sin perder la esencia que le contagió Steve Vai.

La obra inicia precisamente con la pieza que le da nombre a la obra, Heaven in this Hell, la cual es muy intensa, algo no escuchado antes, es una verdadera explosión de talento… altamente disfrutable. Es interesante como para el final de la pieza torna hacia la guitarra acústica, en un muy bello cierre, sin disminuir la intensidad mostrada desde un principio.

La segunda pieza, You don’t Wanna Know, muestra la supremacía de la guitarra (al igual que la anterior), donde su propia voz pasa a segundo término.

La siguiente pieza, Fire, no disminuye ni un ápice la intensidad de la guitarra. Es una pieza que viene promocionando desde ya hace tiempo -12OCT11-, ya que la propuso en el sencillo del mismo nombre, donde lo acompañana Heaven in this Hell, los dos hermosos blues llamados How do you sleep? & How does that feel? y la cuarta pieza de esta obra, If U Think U Know Me, la cual se acerca a la composición de Believe… pero nada más se acerca.

Por fin llega lo que mejor sabe interpretar: un blues, How do you sleep?, en el mejor estilo de Steve Ray Vaughan, pero con una composición mucho más bella que la del tejano.


Lo anterior fue tan sólo un respiro, ya que la guitarra potente regresa con Frozen, otra pieza que desde hace tiempo está promoviendo -25ENE13 en una entrevisa en vivo de FOX & 09FEB13 en itunes-. De hecho, es una pieza donde Orianthi le apuesta al éxito comercial, sin ser pop. 

Una pieza que sí encajaría perfectamente en el Believe es la séptima pieza,  Rock, muy bella por cierto. 

La octava pieza, Another You, es una hermosa balada, donde la guitarra se luce entre la declaración de amor. 

El blues regresa en su variante de rhythm’n’blues con How does that feel?, donde introduce la ambientación de un concierto en la última sección de la pieza. 


Lo anterior fue tan sólo la antesala para la mejor pieza de la obra, Filthy Blues, donde recuerda la composición de Steve Vai, pero con muchísima más energía, en una interpretación increíblemente limpia de la guitarra. 


La undécima pieza, If U were here with Me, es otra bella balada, donde la guitarra no está tan libre como en Another You. 


Para cerrar la obra, se presenta una pieza que semeja un apéndice de la canción anterior, Better with You, donde el reclamo sigue por parte de la australiana, pero ahora en un estilo pop con requintos que apenas salvan a la pieza. 

La obra es muy superior a sus dos anteriores y compite (aunque un estilo completamente distinto) con el regalo que Stratovarius hizo hace apenas 2½ semanas -22FEB13-, llamado Nemesis, con lo mejor hecho en este año. 

Saludos.

Monday, March 11, 2013

Quince y celebrando




Grata sorpresa
¡quién lo dijera!
vive en mi mesa
la primavera.
Es increíble:
quince y avanzando...
Sí, es plausible:
quince y ¡aumentando!
Sin duda alguna
hay cosas bellas
dicha y fortuna
¡polvo de estrellas!
Pero,
lo más hermoso
(sin llevar moños)
es mi amoroso
par de retoños.
Saludos.